Quizas yo nunca llegue a ser una arquitecta, yo estudio ingeniería civil y arte en una universidad donde no existe una facultad de arquitectura. Siempre quise estudiar arquitectura, pero al no tener esta opción opté por la combinación de ingeniería y arte porque según yo, estas dos carreras juntas me darían una formación parecida a la que recibiría siguiendo la carrera de arquitectura. Para mí, la arquitectura siempre fue el balance entre la ingeniería (ciencia) y el arte para crear edificaciones. Después de leer las diferentes definiciones de la arquitectura me di cuenta que quizás mi idea no estaba tan mal, con la excepción que en mi definición no había considerado el factor humano, aunque si consideraba la funcionalidad de las edificaciones.
El estar siguiendo las dos carreras me ha dado la oportunidad de tener dos perspectivas en todo lo que hago. También me ha mostrado lo importante que es saber defender lo que haces, porque como es de esperarse mis compañeros en ambas carreras no entienden el por qué también sigo la otra, si son tan opuestas. Como se le explica a un ingeniero que la noche anterior me amanecí pintando para mi taller de arte, o a un artista que no pude quedarme mucho tiempo en una exhibición porque tenía que ir a estudiar mecánica para mi parcial. Lo que aprendí en estos dos años fue a defender ambas carreras porque, siendo una tan diferente a la otra, me di cuenta que se complementaban muy bien.
Después de esta semana comprobé la arquitectura es exactamente ese juego entre el arte y la ciencia. La arquitectura nace por la necesidad de crear una armonía entre las dos.
Cuando considero la definición de Le Corbusier – “La arquitectura es el juego sabio, correcto y magnífico de volúmenes bajo la luz” pienso en mi experiencia en la ingeniería y el arte; ahí veo que la arquitectura como juego significa el buscar el balance perfecto entre las dos, y también entre ellas y el ser humano. Es sabio porque para llegar a este balance hay que tener conocimiento de la teoría y experiencia en lo que son las necesidades humanas. Es correcto por la parte de la ciencia, que te enseña que la precisión es necesaria para vencer las condiciones naturales. Y, finalmente es magnífico porque el arte y la creatividad te encaminan a crear cosas magníficas.
Esta semana me ayudó a entender más sobre la carrera que quise seguir y me dio ganas de aprender más sobre esta para aplicar sus conceptos en mi desempeño profesional. Si bien es cierto es muy difícil que llegue a ser una arquitecta (al menos que al terminar mi carrera haga una maestría en arquitectura de tres años, si es posible) quisiera por lo menos tener un conocimiento sobre el pensamiento arquitectónico, porque como ya me he dado cuenta en mis prácticas, los ingenieros y arquitectos trabajan en conjunto y muchas veces falta un entendimiento entre ambos.
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