El proyecto de la capilla humana fue muy interesante ya que nos forzó en grupo a idear una manera de construir una capilla con nuestros cuerpos, de manera que esta sea un lugar de reflexión y que los elementos (los cuerpos) actuen de forma estructural y que también controlen la forma de la capilla. Teníamos que considerar la luz, el espacio, la función, y aprender a controlar nuestros cuerpos de una manera distinta. Entonces, por más que conocíamos muy bien las limitaciones y capacidades de los materiales, era dificil adaptarlos a trabajar en conjunto para crear un espacio. El primer intento fue erróneo por mucho factores. No teníamos una coherencia en nuestra estructura y forma, y el espacio era desordenado. La tensión de las personas por estar en posiciones incómodas creaba tensión dentro del espacio cuando en realidad la capilla se supone debería generar un espacio de relajación y reflexión. Estos errores combinados con el hecho que nuestra capilla no tenía un techo definido nos forzó a replantear el espacio. Al día siguiente el grupo se reunió de nuevo, temprano en la mañana e intentamos armar la capilla nuevamente. Decidimos que el lugar que elegimos era bueno y cada una trajo diferentes ideas después de haber reflexionado sobre el proyecto. Llegamos al acuerdo de formar dos estructuras para las paredes, una al frente de la otra. Las que se encontraban en el alto reliebe del terreno se paraban de manera equidistante una de la otra sosteniendo el techo de chalinas y dejando pasar luz entre ellas. Al frente se armó una pequeña pirámide humana con cuatro chicas arrodilladas y dos paradas encima de sus espaldas. Estas sostenían el otro extremo del techo de chalinas. También el medio de ellas se formaban espacios por donde entraba la luz de manera distinta, en forma de estrella. En la parte posterior me encontraba yo, con mis muletas cuebietas en chalinas y formando una especie de cruz humana. Yo unía las dos paredes y así mismo las paredes me sostenían ya que mis muletas no estaban apoyados. Finalmente decidimos que debíamos vestirnos de blanco para crear paz al interior de la capilla y usar chalinas de colores para insentivar un ambiente de felicidad al mismo tiempo. El resultado fué el siguiente:
martes, 10 de noviembre de 2009
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario